10 may 2013

Conspiración en la Casa Blanca

Es el mal, hay que destruirlo
Campaña de desprestigio. Imagino que todos están enterados de la enésima campaña de desprestigio de los panfletos y demás medios deportivos de Madrid contra José Mourinho, un personaje por otra parte tan despreciable que, sin ánimo de querer justificar nada por mi parte, no me sorprende que haya generado tanta animadversión en tan poco tiempo. La imagen que adjunto con esta entrada se corresponde con la web de uno de esos panfletos al servicio del Real Madrid, que amanecía esta misma mañana sacando destacada en portada esta macabra composición, contraria a todos los valores que se le presuponen al periodismo. Nótese la cuidada elección de la fotografía que acompaña a un titular de por sí tramposo y malintencionado, apoyando con un toque siniestro sacado de cualquier película de villanos la intención de poner a sus lectores todavía más en contra del entrenador de su equipo de fútbol. La crónica la firma un conocido periodista inglés que entiende a la perfección los juegos maquiavélicos del técnico de Setúbal, pero me apuesto los cafés que hagan falta a que ni el título ni el subtítulo de la pieza son de su propia cosecha.

Con Casillas hemos topado. La manía con José Mourinho de este diario, de sobra reconocible por el gran público pero del que no daré el nombre para no hacer más publicidad gratuita, se ha ido incrementando con mayor vehemencia y paulatinamente desde el famoso incidente Ramos de hace ya año y medio. Y es que hay heridas que escuecen. Desde entonces, ciertos egos de ese vestuario problemático -un saludo a Raúl!- nunca recuperaron la buena relación con el técnico. El punto de inflexión llegaría con el problema de la portería de esta temporada. La lectura es muy sencilla: Iker Casillas, vaca sagrada del equipo e icono de la prensa y afición, consciente de su posición de poder, estaba muy relajado y sin entrenar como es debido. Como además la relación con Mourinho era irrecuperable, entre otras cosas por seguir filtrando sus miserias a la prensa a través de su novia periolista, éste terminó por sentarle en el banquillo como castigo ejemplar, arrasando a su paso con el suplentísimo, que de frustrado titular ha desaparecido completamente del mapa; un daño colateral más. Después, la inesperada lesión lo cambió todo. Obligó al club a fichar un portero como recambio de garantías y a pesar de que llegaba como ¡suplente! del Sevilla, lo cierto es que lo ha hecho bastante bien desde entonces, con actuaciones muy meritorias, recuperando su viejo nivel. Así, lo que iba a ser en principio un simple toque de atención contra el capitán rebelde se ha convertido en la coartada perfecta para ponerle en un dilema que bien conocen los enemigos del entrenador portugués: o conmigo o fuera de las alineaciones. Qué insulto atacar al emblema del todopoderoso Madrid y de 'La Roja', hay que defender a nuestro colega, a nuestro Santo de España! Ésa es, ni más ni menos, la consigna. 

Acoso y derribo. El otro día Pepe decía esto, más que nada porque él ahora también es suplente. La diferencia con Casillas es que su estado de forma y su actuación durante este año ha sido bastante deficiente. Amiguete de Mourinho de siempre, en su caso sí hay una razón deportiva. Pero fue salir el ogro a rueda de prensa para defenderse de la tropelía y que ese programa infame de la telebasura sacase como un resorte esto otro, totalmente grosero e incierto, para seguir con la escalada de porquería. Sería interesante que le preguntasen a Ronaldo si dijo lo que estos manipuladores sin escrúpulos ponen en su boca porque yo no soy capaz de leer los labios. Pero tranquilos que no ocurrirá jamás. No ahora que saben que el Madrid ha mandado guardar silencio para no incendiar más la hoguera de las vanidades. Queda todo en un pulso entre los caciques de la prensa heridos en su orgullo y Mourinho y sus matones macarras lanzando el último órdago. Un pulso interesante por ver quién es más miserable en esta contienda que desacredita tanto a la entidad que preside Florentino Pérez. Queda por ver si el Chelsea se clasifica para la Champions y Abramovich accede a un nuevo chantaje con aroma lisboeta. Si no, a lo mejor el que se acaba marchando a Londres es Casillas.